Estos días de Semana Santa son los de la evasión. Vamos, que miras a los lados y te has quedado más sólo que ni sé. Es cuando te arrepientes de no haber pillado esa oferta de Viajes Eroski, aunque sea a Bilbao…que también tiene procesiones. Porque si lo que quieres es buscar cofrades y dolorosas, en San Sebastián puedes esperar sentado. Recuerdo de pequeño haber visto algunas, pero hace décadas que desaparecieron del mapa.
Qué tiempos aquellos de cadenas y pies descalzos, capirotes y velas que nos contaban nuestras amatxos! No sé por qué no podemos organizar de nuevo una procesión en Donostia, al fin y al cabo a la hora de montar «Cristos» nos bastamos solos. Jejeje.
Imaginemos la procesión encabezada por la Cofradía del Santo Puño. Tiene legión de fieles, a los que se reconoce porque no hay forma humana de hacerles pagar una ronda. Eso sí, cuando se lo reprochas te lo niegan tres veces antes de cantar el gallo.
Muy próxima a la anterior, llega la Hermandad del Pintxo del Gran Poder. Hay que ver la de adeptos que arrastra nuestra gastronomia en pequeño. Tal es su devoción, que no les importa una buena penitencia en la cartera, motivo por el que acaban siempre a dos velas. Llega la Cofradía de la Última Cena. Bajo el capirote, participan en la procesión las eternas promesas a la parienta de que las cenas de los viernes con los amigotes se van a acabar. Suele haber bofetadas para portar el paso..
Paso de la Sagrada Familia. Si uno no anda espabilado, es más que posible que la familia del pueblo te gane la mano y se te presenten «a ver qué tal estáis» y de paso se apalanquen toda la Semana Santa rezando el rosario de la aurora ante la despensa y una novena a los productos típicos de la tierra. Justo detrás viene la Hermandad de la Operación Retorno. Es el paso más lento de todos, sin duda. Hay quien se lo toma con calma, pero muchos acaban flagelándose, jurando que la próxima vez cambiarán el via crucis por la autopista.
Con la Dolorosa termina la procesión. No hay consuelo posible. Ni la tarjeta se ha rayado, ni el cajero se ha vuelto loco, ni nada por el estilo. Ya puedes ir rezando que después de estos días te das cuenta que ya nada será igual para tu cuenta corriente. ¿Qué?…¿Acaso alguien echa en falta los romanos a toque de corneta por nuestras calles? Visto lo visto, que me quede como estoy..aunque esa escapadita, esa oferta..coño, la tenía que haber pillado…
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