Se va acercando el fin de las Navidades y lo hará de la mano de los Reyes Magos. Sí, de los Reyes, que últimamente parece delito decir que uno es aficionado a estos personajes..desde pequeño.
Están los críos nerviosos y hasta histéricos, y hasta algún que otro mayor. Lo bueno de ser un niño grande es no perder nunca la ilusión y seguir al pie del cañón cada 6 de enero.
El año pasado me tocó vivir una experiencia inolvidable..¡¡el sueño de mi vida!! y puedo decir que es algo difícil de contar con pocas palabras. Este año vuelvo a la «sociedad civil».
He buscado en la historia de la ciudad y he encontrado una serie de fotografías que nos remontan a cabalgatas y visitas de los Reyes Magos desde la década de los 40, los 60 y demás..destaca la sobriedad, frialdad, el apaño que entonces se hacía con la visita de los de Oriente. Pero siempre con la misma ilusión, la de unos niños que esperan ver cumplidos y satisfechos todos sus sueños..
Y ya, más moderno…de estos años..
¿Te suena? Felices Reyes…