Hoy quiero sorprenderte con un video de esos que llaman la atención. Verás una orquesta sinfónica y un curioso solista, atacando una máquina de escribir.
Es una pieza de música clásica de Leroy Anderson que ha sido muchas veces reproducida en películas y demás. Mira cómo suena..
Hay que tener cierto virtuosismo para no perder el compás, el ritmo y el humor de esta pieza. Como te decía, ha sido recurrente en el cine, especialmente en momentos de humor. Como muestra un botón, con Jerry Lewis, en la película «Lío en los grandes almacenes».
Con el estadio de Anoeta entregado, más de 45.000 gargantas jaleándole y cantando sus canciones y el acompañamiento de los truenos de la tormenta, el sábado noche fue mágico en San Sebastián.
Confieso que no soy fan de Bruce, que no tengo ni un disco suyo y que apenas me suenan dos o tres de sus canciones, pero es el segundo concierto del Boss al que asisto. El anterior, hace cuatro años, ya me cautivó por la fuerza en escena de este músico que huye de parafernalias, escenarios posmodernos y fuegos artificiales para entregarse a su banda de música y a su voz. La experiencia, siempre se ha dicho que es un grado.
Llovía, sí. En ocasiones a cántaros y hasta con granizo, pero no se movió un alma y los chinos de Amara hicieron su agosto vendiendo chubasqueros a un euro. Tardó media hora en salir, pero su presencia en el escenario se prolongó por espacio de tres horas. Hizo repaso a sus canciones históricas y a las nuevas, cantó con gente de su coro (vaya voz la de la chica negra!) y hasta subió al escenario a un chaval de apenas cuatro años que se quedó con el personal al tararear sin problemas una de sus canciones. Todo un fan.
La verdad es que volví a disfrutar del concierto de uno de los grandes en directo. Grande Bruce..hasta la próxima, ya se sabe..no hay dos, sin tres.
El Traje de los Domingos 