Hay ocasiones en que protestamos por una subida de impuestos, por el ruido excesivo de un bar, por el atasco de tráfico… pero no nos damos cuenta de que, pese a todo, somos unos auténticos privilegiados. Vivimos en el primer mundo. Con nuestros problemas, sí.. pero en el primer mundo, rodeados de cuanto necesitamos, sin faltarnos lo imprescindible y, casi siempre, hasta lo más accesorio.
Otro mundo existe. Otros mundos, incluso, a los que nos asomamos muchas veces asombrados e incluso asustados ante lo que vemos cuando nos enseñan fotografías, reportajes. Es el caso de este premio de fotografía Luis Valtueña, que organiza la organización Médicos del Mundo. Me han impresionado las imágenes, no puedo negarlo.
Son imágenes que hablan de la dureza de mucha gente en sus tierras, en sus países, que hablan de sequías, de hambruna…
Imágenes que nos recuerdan la tragedia y la desolación..la desesperación y la resignación, en blanco y negro, como en Haití después del terremoto
Recuerdos del odio, del enfrentamiento, de la guerra que causó la muerte de miles de personas en los Balcanes
Y el terror sin sentido, la violencia desmedida. En Latinoamerica, hay niños que se convierten en sicarios para sobrevivir. Una de las pruebas a las que se somenten en el sicariato de Sión es la de asesinar a una persona y luego acudir a su funeral para ver si alguien le reconoce..si pasa la prueba, entra en el clan
¿Vivimos mal? en Africa, en Sierra Leona, hay cárceles que superan los umbrales de la indignidad. En celdas de apenas 25 metros cuadrados se hacinan hasta 60 hombres, tirados por el suelo, sucios, sometidos.. celdas en las que los niños deben pelearse con el poder de los mayores, de las mafias de la prisión. Apenas llueve unos días al año y son esos días en los que el agua es maná caído del cielo.
Lo has visto? Pues eso, no te quejes. No nos quejemos. Hoy, no.