Para muchos, hablar del viejo Atotxa es todo un drama. Que si era una maravilla, que si al estilo inglés de los campos de fútbol, que si nada que ver con Anoeta.. El campo de Atotxa o Atocha, que también se le llamaba así, fue el segundo equipamiento deportivo de la Real Sociedad (el primero estuvo en Ondarreta). Tuvo una vida de 80 años llena de historias y de recuerdos para muchos. Allí la Real forjó sus leyendas de las ligas ganadas y jugó el que, para muchos, ha sido el mejor once de la historia txuri urdiñ. He de confesar que en esto hablo un poco de oídas, puesto que no soy futbolero..
Como no podía ser menos, la inauguración de Atocha se produjo con un partido contra el Athletic que finalizó con empate a 3 goles. Corría el año 1913. 80 años más tarde, el 13 de junio de 1993 se jugó el último partido contra el Tenerife y que acabó con victoria realista por 3-1. El último gol que se marcó en Atotxa llevó la firma de Oceano. Cierto es que poco después hubo un partido de despedida con la selección de euskadi, pero como partido oficial ha quedado el señalado.
En Atocha entraban cerca de 26.700 espectadores, que estaban pegados al campo, algo que añoran ahora los seguidores de la Real, que siguen clamando por la desaparición de las pistas de atletismo de Anoeta.
El 22 de junio de 1993 empezó a ser derribado. Para muchos fue un drama, como si con él se fuera una parte de su historia. En su solar se construyeron dos bloques de VPO en forma de U.
Aquí se ve la imagen de la inauguración de Atocha, el nuevo campo de «foot-ball» de San Sebastián. Durante décadas acogió momentos memorables para los aficionados al deporte rey.
En esta imagen de 1952 se aprecia la nueva tribuna construida y, al fondo, una vieja fábrica que fue sustituida por la torre de Atotxa, un rascacielos que todavía hoy suscita la controversia entre los donostiarras.
Por el viejo campo también pasó la vida del país, como el mítico día en que Kortabarria e Iribar sacaron juntos al campo la recién legalizada ikurriña
1993. Atotxa está desierto.
Comienza su derribo.
Aún se mantienen el mercado de frutas, que luego se fue a la zona de Bugati, y el Hospital Militar, más tarde convertido en nuevos juzgados.
Atocha es ya historia. Los vecinos de Duque de Mandas comprueban, alucinados, que hay vida más allá del viejo campo de fútbol. La zona está llamada a vivir una completa transformación urbana: habrá viviendas de protección oficial, una nueva trama urbana, los juzgados de la ciudad..
El solar se prepara. Se construyen los aparcamientos subterráneos y el espacio dedicado a supermercado para el barrio. El nuevo palacio de justicia ha tomado forma y ha desaparecido ya el mercado de frutas. Al fondo, se aprecia la construcción del polideportivo de Zuhaizti
Y así, estamos en nuestros días en la que, después de muchos diretes municipales, es la plaza del campo de fútbol de Atotxa.
Menuda sorpresa ha sido encontrar este artículo y sobre todo estas fotografías. Un punto de vista poco conocido de Atotxa. Un saludo